El Sutra del loto (en sánscrito, Saddharma Puṇḍarīka Sūtra, lit. «Sutra sobre el loto blanco del verdadero dharma») es uno de los sūtras budistas mahāyāna más influyentes y venerados. Es la principal escritura (sutra) sobre la que se estableció la escuela budista Tiantai y sus escuelas derivadas, Tendai y Nichiren (en Japón), Cheontae (en Corea) y Thiên Thai (en Vietnam). También es influyente para otras escuelas budistas de Asia oriental, como el Zen. En China, el texto se llama Miao-fa lien-hua ching o Fa-hua Ching y, en Japón, Myōhō renge kyō o Hokekyō.[1] Si bien no ha ocupado un lugar prominente en las tradiciones Mahayana de la India o el Tíbet, el Sutra del loto ha influenciado profundamente por siglos el pensamiento, arte y literatura budistas a lo largo de Asia oriental.[2] Sus ideas han servido como la base de sistemas filosóficos y prácticas de meditación y rituales, mientras que sus parábolas e imágenes míticas han inspirado pinturas, obras de teatro y poesía.[2]
Durante siglos, el Sutra del loto ha estado estrechamente asociado en Asia oriental con el Sutra de los Innumerables Significados (en sánscrito: अनन्त निर्देश सूत्र, Ananta Nirdeśa Sūtra; en chino: 無量義經; Wúliángyì Jīng; en japonés: Muryōgi Kyō; en coreano: Muryangeui Gyeong) y el Sutra de la Contemplación sobre la Práctica del Dharma del Bodhisattva Sabio Universal (en chino: 观普贤菩萨行法经, guān pǔxián púsà xíngfǎ jīng; en japonés: 普賢経, fugen-kyō; en vietnamita: Kinh Quán Phổ Hiền Bồ Tát Hạnh Pháp; en coreano: 관보현보살행법경; Gwanbohyeonbosalhaengbeop Gyeong), generalmente denominados los sutras de «apertura» y «cierre». Los tres en su conjunto se conocen como el «Sutra de la flor del Dharma en tres partes» y se publican como «El triple Sutra del loto».[3]
El sutra, compuesto principalmente en verso, tiene un total de 28 capítulos y contiene muchos encantamientos y mantras (cantos sagrados). Como ocurre con la mayoría de sutras mahayana, se sabe muy poco de las circunstancias que rodearon su creación.[2] Varias versiones en sánscrito existen, y fue traducido al menos 17 veces al chino, si bien solo tres traducciones aún sobreviven, incluyendo una hecha por Kumarajiva (406). Los estudios datan el origen de las partes más antiguas de este texto entre los años 40 y 220 d. C.[4] Fue traducido por primera vez al chino en el siglo III d. C. y se hizo muy popular en China y Japón, donde la creencia común sostenía que el simple acto de cantarlo traería la salvación.[1]El capítulo 25, que describe la gloria y los poderes especiales del gran bodhisattva de la compasión, Avalokitshvara (Guan Yin en chino; Kannon en japonés), ha tenido una importante vida aparte bajo el nombre de Kuan-yin Ching (Kannon-gyō en japonés).[1] Este bodhisattva, que encarna la compasión, es probablemente la figura budista más popular e importante en el este de Asia, y se la encuentra no sólo en templos budistas de todo tipo y tamaño, sino también en templos taoístas y populares chinos, en santuarios sintoístas, en hogares y en enormes estatuas al aire libre.[5]
La idea central en Sutra del loto es la existencia de un único «vehículo», el ekāyano, que es el mensaje del Buda que transportará a quienes lo cultiven a la meta final de la liberación.[4] Si bien hay tres grupos separados (o tres vehículos) de seguidores del Buda—los discípulos (śrāvaka), los pratyekabudas (aquellos que alcanzan la liberación en soledad y sin ayuda de otros) y los bodhisattvas—, el Sutra del loto enfatiza que el verdadero vehículo del Buda está abierto a todas las personas, y hay realmente un solo vehículo (si bien el Sutra nunca explica realmente cuál es, lo que ha abierto la vía para lecturas diametralmente opuestas del sutra[2]). De hecho, todas las personas son bodhisattvas. El Sutra del loto ofrece de esta manera al laicado la posibilidad de la iluminación. Muchos devotos de este sutra creen firmemente en el valor de recitar y copiar el sutra como un acto de mérito y devoción.[4]
Muchos consideran que el Sutra del loto es un clásico religioso de gran belleza y poder y una de las obras más importantes y populares de la tradición Mahāyāna, la forma de budismo predominante en Asia oriental.[1] El título hace referencia a la planta del loto, especialmente al loto sagrado cuya flor grande, elevada, extendida y hermosa florece sobre las aguas fangosas de sus raíces, y que es sagrada tanto en el hinduismo como en el budismo, y se usaba en el antiguo Egipto para representar el renacimiento.[1] La flor de loto, que se utiliza a menudo como base de estatuas de budas y bodhisattvas o que aparece en las manos de los bodhisattvas, puede ser el símbolo budista más común.[5] Es especialmente importante en el budismo Mahayana, donde simboliza al bodhisattva como alguien que está firmemente enraizado en el barro de la tierra y florece hacia el cielo.[5] De acuerdo con el budólogo británico Paul Williams, «Para muchos budistas en Asia oriental desde tiempos tempranos, el Sutra del loto contiene la enseñanza final del Buda Shakyamuni—completa y suficiente para la salvación».[6] El estudioso estadounidense del budismo Donald S. López Jr. escribe que el Sutra del loto «es posiblemente el más famoso de todos los textos budistas», ya que presenta «una revisión radical tanto del camino budista como de la persona del Buda».[7]
Dos enseñanzas centrales del Sutra del Loto han sido muy influyentes para el budismo Mahāyāna. La primera es la doctrina del 'vehículo único', según la cual todos los caminos y prácticas budistas conducen a la budeidad y, por lo tanto, todos son simplemente «medios hábiles» (upayā) para alcanzar la Budeidad. La segunda es la idea de que el tiempo de vida del Buda es inconmensurable y que, por lo tanto, no avanzó realmente al nirvana final (sólo pareció hacerlo como upayā), sino que sigue activo en el mundo enseñando el Dharma.[7]
Si bien el Sutra del Loto ha sido objeto de críticas, ha ejercido una enorme influencia en Asia oriental desde el momento de su traducción hasta la actualidad. Gran parte de la influencia del Sutra puede atribuirse a que fue defendido por las escuelas y denominaciones Tiantai/Tendai y Nichiren.[5] Fundada por Zhiyi en el siglo VI d. C., Tiantai intentó ordenar la enorme variedad de sutras budistas tratando al Sutra del loto como la suma de las enseñanzas de Buda.[5] Esta interpretación del Sutra fue enormemente influyente durante muchos siglos, incluso después de que Tiantai como escuela prácticamente hubiera desaparecido. El Sutra del loto, que llegó a Japón entre los primeros textos budistas procedentes de Corea y China, pronto se estableció como el principal protector espiritual de la nación, y se construyeron monasterios y conventos en todas las provincias, principalmente con el propósito de recitar el sutra.[5]Todas las figuras importantes en el desarrollo de las nuevas denominaciones del budismo en Japón estudiaron el Sutra del Loto, incluido Dōgen. En particular, Nichiren fue fanáticamente devoto del Sutra del loto, y en diferentes momentos de su vida instó a su estudio, ensalzó la devoción hacia él e incluso proclamó la conveniencia de recitar únicamente su título. En los últimos tiempos ha servido de base para numerosos movimientos budistas reformistas, especialmente en Taiwán y Japón. En Taiwán, es la inspiración inicial detrás de la monja Cheng Yen (fundadora de la Fundación Tsu-chi, la organización caritativa budista más grande del mundo).[5] Con el resurgimiento del budismo en China, el sutra es ampliamente estudiado y recitado allí también, tanto por monjes como por laicos. En Japón, más de 50 nuevas organizaciones religiosas budistas afirman estar basadas en el Sutra del Loto, entre las que destacan la Soka Gakkai (actualmente una de las mayores organizaciones budistas del mundo), la Rissho Kosei-kai y la Reiyu-kai, la madre de la gran mayoría de los nuevos movimientos y organizaciones budistas japoneses.[5]